viernes, 29 de abril de 2016

La clave está en la música

El otro día en un momento de tranquilidad estaba escuchando música y con esta canción me vino a la mente lo que hablábamos al principio de la asignatura de plástica. Nunca sabemos la de psicópatas que los vamos a encontrar en la vida a sí es mejor que lo tengamos presentes desde pequeños, esta canción en mi opinión lo describe bastante bien.


martes, 26 de abril de 2016

A veces da miedo...

A veces da miedo, da pánico, da vergüenza, da envidia, asusta mirar directamente a los ojos de alguien.

Nunca me había parado a pensar lo importante que es mirar a los ojos y cuando hicimos esta actividad en clase dentro de mí ocurrieron muchas cosas. Yo soy una persona tímida y no me gusta que lo demás se fijen en mí, eso de llamar la atención no va conmigo. Tampoco me gusta que me miren fijamente o hablar en público, son cosas que me aterrorizan.

Durante esta actividad he de reconocer que lo pasé mal por eso mismo, no me gusta sentirme observada. Cuando estaba mirando fijamente a los ojos de mis compañeros una sensación inexplicable me recorría por dentro. No se describir si era buena o mala, simplemente fue algo diferente. Más diferente aún fue cuando mi compañera se puso a guiar la actividad.

Con todas estas cosas me di cuenta ese día que mirar a los ojos cambia muchas cosas, cada mirada es única y especial, transmite algo nuevo. Mirando a los ojos puedes ver cosas sorprendentes en personas que creías conocer y eso puede chocar bastante.
Como ya he dicho, cada mirada es especial, ¿os habéis parado a pensar en la mirada de vuestra madre?¿Habéis mirado a la persona que queréis a los ojos y la habéis dicho lo que sentís?¿Habéis mirado a vuestro mejor amigo a los ojos y os habéis dado cuenta en un segundo de todo lo que habéis pasado juntos?¿Habéis mirado a vuestros abuelos a los ojos? Todo eso impacta.

Parémonos a pensar por un momento, ¿qué hubiera pasado si la bruja hubiera mirado a los ojos a Blanca Nieves antes de ordenar su muerte?¿Quizá se hubiera sorprendido por la mirada dulce de la niña?¿La hubieran entrado más ganas de matarla?¿Se lo hubiera replanteado?¿El cazador la dejó escapar porque la miró directamente a los ojos? No lo sabemos.

Las miradas lo dicen todo de nosotros pero quienes realmente tienen las más bonitas y más dulces son los niños. A ellos sí que les miramos a los ojos sin problema. Porque esas pequeñas criaturitas tienen una mirada inocente, llena de brillo y de alegría que con el paso del tiempo se va perdiendo y nos va definiendo tal y como somos pero...
 pensad, ¿por qué los adultos no nos miramos directamente a los ojos? Porque a veces, da miedo...


lunes, 18 de abril de 2016

VOLVER A SENTIRNOS NIÑOS

¿Quién no se ha sentido niño alguna vez?¿A quién lo le entran ganas de volver a revivir la infancia?¿Cuántas veces hemos dejado de hacer algo porque nos resulte infantil o parezca que hacemos el ridículo? La respuesta a todas esas preguntas es MUCHAS VECES. Muchas veces hemos querido volver a revivir nuestra infancia, jugar a los juegos de entonces, ver lo programas de televisión que nos gustaban, pero no lo hemos hecho por vergüenza, por miedo a que los demás digan que nuestra conducta es infantil.
Cuando somos niños la única preocupación que tenemos es pasarlo bien y disfrutar de cada momento, pero poco a poco con el paso de los años, esa creatividad, ese espíritu infantil se va acabando. Es una pena porque ello conlleva a que cuanto mayores somos, más infelices. 
Yo no creo que sea del todo así, creo que aunque vayamos perdiendo el espíritu infantil siempre queda algo en nosotros del niño que un día fuimos.
El jueves en clase de plástica estuvimos pintando con los dedos, ¿qué hay más infantil que pintar con los dedos? Nada, todos de pequeños hemos hecho actividades de ese tipo alguna vez y nos encantaba eso de mancharnos de pintura, poner nuestra mano en el papel, destrozar el dibujo del compañero, pelearnos por algún color... 
Yo no es que pinte bien, ni siquiera me apasiona pintar, pero ese día disfruté como una niña pequeña. Al principio me pasó un poco como a todos, no sabía que pintar, pero entonces mis compañeros me dijeron que me dejase llevar, lo importante no era el dibujo sino pasar un buen rato. Fue entonces cuando me manché las manos y comencé a puntar. A medida que ponía mis manos en el papel recordaba mis años de infantil.. 
Veía a mis compañeros como todos estábamos disfrutando, unos con dibujos más alegres y otros más tristes, sacando sus miedos e inseguridades fuera, las cosas malas vamos.
Pintar así no sólo sirve para pasarlo bien, también para desconectar, desahogarse, reírse...
Mis dibujos no es que fuesen para enmarcar, incluso algunos no se sabe bien lo que son, pero, ¿qué más da? para mí lo importante no fue el dibujo, fue revivir mis experiencias de cuando era pequeña.
Todos llevamos un niño dentro que un día dejó de pasárselo bien y de hacer tonterías por el miedo al qué dirán, yo de verdad quiero que esa niña vuelva a florecer porque todas las personas del mundo merecemos pasarlo bien, sacar aquello que nos preocupa y disfrutar como niños.